¿Eres un impostor encubierto?¿Crees o sospechas que puedes sufrir el llamado síndrome del impostor?
¿No consideras que el trabajo que realizas o el puesto que ostentas se corresponde con el nivel de calidad o exigencia que los demás esperan de ti?
A lo mejor realizas tareas u otras actividades diseñadas por ti mismo bajo una presión tremenda y con la sensación de que en cualquier momento alguien (tu jefe o tu cliente) te descubra, llamará a tu puerta y pedirá explicaciones sobre lo ocurrido. O quizás no consideras el éxito de tu empresa como algo propio y crees que todo se debe al trabajo de los demás.

Hoy día hay multitud de personas que padecen el ya familiar “síndrome del impostor”. Este término se ha popularizado en los últimos años como consecuencia del aumento de visibilidad de problemas de salud mental que ha surgido a raíz de la pandemia.
Sin lugar a dudas este síndrome se debe a procesos psicológicos como un lenguaje interno negativo que genera en una autoestima baja, una autoimagen y un autoconcepto erróneo.
Esto produce situaciones de estrés o ansiedad que ocasionan diferentes patrones de conducta como:
- Pensamiento negativo: conlleva un aumento de cortisol y de la actividad en el córtex prefrontal del cerebro causante de la toma de decisiones y el juicio. Como consecuencia, puede resultar en acciones catastrofistas.
Posibles soluciones: Meditación, Escribir en tu diario 3 cosas por las que sentirte agradecido, Hacer ejercicios de alta intensidad para acabar con el patrón negativo. - Miedo al fracaso: esto ocurre con la hiperactivación de la amígdala, la cual es la encargada de procesar las emociones en el cerebro, lo que puede desencadenar en trastornos de ansiedad o estrés si una situación se prolonga en el tiempo.
Posibles soluciones: Escribir al amanecer y antes de dormir todo lo que se pase por la cabeza de manera irracional, releer y reescribir de manera racional - Desconfianza en la consecución de metas: En este caso, se tiende a evitar reconocer los resultados positivos como propios, atribuyendo el éxito a otros o apelando a la suerte si la tarea es unipersonal.
- Necesidad de validación hacia uno mismo: Esto se produce en personas con baja autoestima y problemas de merecimiento que se encuentran en una búsqueda constante de validación eterna.
¿Alguno de estos síntomas resuena contigo?
Si de verdad consideras que tienes alguno de estos síntomas, ¿porqué no pruebas a trabajar tu autoestima? Parece un pequeño paso, pero en realidad puede ser uno más grande de lo que crees. Basado en nuestras investigaciones en este mundo online en el que vivimos, con el curso de Autoestima Inquebrantable puedes comenzar a poner solución a estos problemas. Te explicamos todo sobre este curso en este enlace.
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