La técnica del yoga facial es un método natural que combina movimientos delicados, masajes y ejercicios específicos para la cara. Similar al yoga corporal, su propósito es fortalecer los músculos, mejorar la circulación y fomentar un sentimiento de bienestar, pero en esta ocasión, se centrará en el rostro y el cuello.
Personalmente lo llevo haciendo un tiempo y lo recomiendo encarecidamente, ya que aparte de ver ciertas mejoras en mis líneas de expresión, me siento muy relajada al terminar y me proporciona un bienestar que es dificil explicar, así que compruébalo tu misma!!!
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Un poco de historia
Su origen radica en antiguas prácticas orientales, como el Ayurveda y la medicina tradicional china, en las que se comprendía que la belleza y la salud están vinculadas. En esa época ya comprendían que la hermosura exterior es un reflejo del equilibrio interno. Actualmente, el yoga facial ha ganado popularidad a nivel global como una opción no invasiva frente al lifting o a terapias estéticas agresivas.
¿Cómo funciona?

Nuestro rostro se compone de más de 40 músculos que pueden perder su tono y elasticidad con el paso del tiempo. El yoga facial tiene como objetivo activarlos de manera consciente, tonificarlos y enseñarles a «trabajar en equipo», lo que se traduce en una piel más firme, una expresión más relajada y una oxigenación celular más eficiente.
El yoga facial estimula naturalmente los músculos, contribuyendo a:
- Estimular la circulación sanguínea
- Mejorar la elasticidad de la piel
- Reducir líneas de expresión
- Aliviar la tensión en áreas como la mandíbula o el entrecejo
- Favorecer el drenaje linfático y disminuir la inflamacion
Beneficios que van más allá de lo estético
El yoga facial es más que un ejercicio de belleza, es una acción de autocuidado. Con tan solo unos minutos al día, no solo mejora tu apariencia facial, también te conecta contigo misma y disminuye el estrés acumulado.
Sin embargo, las ventajas superan mucho lo meramente estético. Al realizar este ejercicio con regularidad, puedes disminuir la tensión acumulada en la mandíbula, el entrecejo o el cuello, potenciar el drenaje linfático (que contribuye a deshinchar el rostro) y promover una conexión más profunda contigo misma. Es una rutina de cuidado personal que no solo embellece desde el exterior, sino que también sana desde el interior.
En conclusión, el yoga facial es una herramienta fácil, accesible y sumamente eficaz para el cuidado de tu rostro y tu salud. Es una opción simple, asequible y totalmente natural en contraposición a procedimientos más invasivos.
Es una maravilla, ya que no necesitas más que tus manos, un espejo y unos minutos al día para empezar a notar sus efectos. ¡Tu piel te lo agradecerá, y tu mente también!
Tu rostro también merece entrenarse y relajarse. Prueba el yoga facial y experimenta la transformación desde el primer momento.
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